Iana Roberstein acaba de morir después de un feroz duelo contra su enemigo, el príncipe Arhard Roigyn. Al borde de la muerte, Iana no se arrepiente, solo un deseo: si tuviera que renacer, esta vez sería su caballero. Su deseo se concede, pero no de la forma que imaginó.
Iana se reencarna en su propio cuerpo, en el momento de su nacimiento. Con sus recuerdos de su antigua vida, tiene la oportunidad de comenzar desde cero. Por lo tanto, ella hará todo lo posible para convertirse en la que protegerá al Príncipe Arhard.