Ha pasado algún tiempo desde que la madre de Mei murió después de un accidente de tráfico. Después de haber perdido a su padre hace varios años, ahora vive con Reiji, su padrastro que ahora es viudo. Reiji es una persona muy juguetona y entrañable, y los dos se llevan muy bien, pero Mei comienza a hacerse muchas preguntas: ¿qué hacer cuando el único padre que queda es una persona cuya sangre no se comparte?